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El arbusto australiano donde desaparecen los escaladores



Cuatro personas han desaparecido en el valle de Wonnangatta, al noreste de Melbourne, en los últimos años, sin saber nada ni cómo, ni cuándo, ni por qué. No hay rastro, ni huella, ni pista, nada. Solo leyendas de un área donde puede nevar en verano sin previo aviso, o donde puede caer una niebla espesa en minutos sin saber a dónde puede moverse.

La última investigación que tiene en mente tanto a las autoridades como a los fanáticos del misterio es la de una pareja de 70 años que se fue de campamento. No hay rastro de ellos, solo un campamento que ha sido incendiado y solo queda ganado quemado.

Cuatro desapariciones sin resolver

En julio de 2019, Conrad Whitlock, de 72 años, salió de su casa a las 3 a.m. y viajó al área, conocida como Highlands. Cuando la policía encontró su auto abandonado al costado de la carretera, su chaqueta, teléfono y billetera estaban allí. Pero no lo hace.

En octubre de 2019, Niels Becker, un excursionista habitual, desapareció en medio de una caminata de cinco días, que había entrenado durante meses y que iba a conmemorar su 39 cumpleaños.

En marzo de 2020, Russell Hill y Carol Clay desaparecieron. Fueron al área para lo que sus familias habían dicho que sería un viaje de campamento de una semana. Nunca le dijeron a sus seres queridos que iban a ir juntos, pero sus cuerpos tampoco aparecen.

«La selva australiana es despiadada», dijo el año pasado Greg Paul, un oficial de policía de alto rango, cuando se investigó la desaparición de Hill y Clay. Algunos ganaderos de la región han calificado estos casos de «extraordinaria coincidencia».

La desaparición de 4 personas en un año ha llevado a la población a crear leyendas en torno a la montaña australiana.

Un doble asesinato hace un siglo

Casos recientes han llevado a recordar a los vecinos del barrio que paso hace 103 años. Ese verano, también con temperaturas extremadamente altas, el cuerpo de Jim Barclay, de 48 años, fue encontrado en una tumba cerca de su rancho. La sospecha recayó en la única persona que vivía allí: John Bamford, que cocinaba para él. Pero las autoridades no pudieron interrogarlo, estaba desaparecido y nueve meses después lo encontraron muerto con un balazo en la cabeza.

Con las historias de los desaparecidos, que son las únicas verdaderas, los habitantes de las montañas recurrieron a la leyenda de Botón masculino, alguien, o algo, que sale de noche, que interroga a los montañeses. O no, porque no lo sabemos con certeza.

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