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El suelo del Oculus de Calatrava se agrietó ante el uso masivo de los neoyorquinos


Nueva York, 3 feb (EFE).- La estación Oculus que diseñó el arquitecto español Santiago Calatrava en la ciudad de Nueva York, emblema de la recuperación de la zona devastada tras los atentados del 11S, empieza a mostrar señales de gaste en sus suelos ante el uso masivo de los habitantes de la gran urbe.

Decenas de baldosas del pavilion central del Oculus, que acoge a grand shopping center, dos estaciones de metro y una de tren, y que fue inaugurado en 2016 en el espacio del World Trade Center, en el extremo sur de Manhattan, presentan actualmente grietas y grietas

Según pudo comprobar EFE, las grietas de color oscuro se princimente en las esquinas y las juntas entre las grandes baldosas blancas (de aproximadamente un metro por 30 centímetros), y en algunos casos las fisuras se producen de lado a lado de la baldosa.

El espacio más dañado, y que no presenta peligro para los viandantes, es el patio central del Oculus, por el que transitan cerca de un millón de personas a la semana, que acuden al centro comercial o van y vienen de la estación de tren contigua que comunica Manhattan con New Jersey.

La Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey (AP), propietaria de todo el complejo, no cuantificó la zona afectada ni quiso referir a posibles técnicas de reparación y su costo, compartiendo un escueto mensaje en el que clara que se ocupará del asunto» más adelante este año».

“Como parte del programa de mantenimiento de las instalaciones que la agencia sigue trabajando, se aborda el deterioro normal por el uso del suelo de las Oculus reparando y/o reemplazando sistémicamente las baldosas dañadas”, indicó un portavoz en un correo, que especifica que esas labores se interrumpieron el pasado noviembre para permitir «eventos navideños».

Por su parte, y tras ser contactado por EFE, un portavoz del estudio de Calatrava dijo que el diseño del pavimento se guiaba siguiendo los «códigos y estándares en vigor», y que su responsabilidad «se limitaba a la supervisión estética» mientras que la descubrir los detalles constructivos y la ejecución de la obra correspondió a un consorcio de empresas locales.

El estudio, con sede en Suiza, atribuyó los «pequeños daños» al «enorme éxito con el que ha sido acogido el espacio de la estación», transitada por unas 300.000 personas a diario y que a menudo es escenario de eventos multitudinarios que, reconoce , no fueron proyectados inicialmente para el espacio.

En todos los casos, este deterioro fue justificado desde la oficina del arquitecto, que se mostró encantada y «llena de orgullo» por la acogida de los neoyorquinos y la «versatilidad con la que Westfield -operadora del centro comercial- le está sacando partido al sitio «.

El estudio de Calatrava ha demostrado que el coste de 4.000 millones de dólares que suele atribuirse a las Oculus hace referencia al complejo de infraestructuras y comercio del World Trade Center, pero la estación también prevé un coste de 700 millones de dólares.

c) Agencia EFE

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