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Islandia suspende la caza de ballenas


El gobierno de Islandia suspendió el martes la caza de ballenas hasta finales de agosto en nombre de l bienestar animal, allanando el camino hacia el fin de esta polémica tradición que ya solo se practica en tres países.

Los grupos de animales y ecologistas aplaudieron la decisión, que Humane Society International calificó como «un paso importante en la conservación compasiva de las ballenas».

«Tomó la decisión de suspender la caza de ballenas» hasta el 31 de agosto, dijo la ministra de Alimentación, Svandis Svavarsdottir, ya que un informe de una comisión gubernamental establecerá que la caza de cetáceos no cumple con las leyes de bienestar animal de Islandia.

Este informa sobre las autoridades veterinarias subrayar que la matanza de los cetáceos toma demasiado tiempo. En los últimos vídeos difundidos por esas autoridades se puso de manifiesto la espantosa agonía de cinco horas de una ballena cazada el año pasado.

«Si el gobierno y los titulares de permisos (de caza) no pueden garantizar los requisitos de bienestar, esta actividad no tiene futuro», agregó la ministra, dando una audiencia que esta práctica está llegando a su fin.

La licencia de pesca de la última empresa de caza de ballenas queda en el país, Hvalur, vence en 2023.

La temporada de caza de ballenas en Islandia se extiende desde mediados de junio hasta mediados de septiembre, pero es poco probable que se produzca después del 31 de agosto.

Las cuotas anuales permiten la cacería de 209 rorcuales comunes -el segundo mamífero marino más largo después de la ballena azul- y 217 rorcuales pequeños.

Pero las capturas fueron mucho más bajas en los últimos años debido a la disminución de la demanda de carne de ballena.

Islandia, Noruega y Japón son los únicos países que permiten la caza de ballenas.

– Creciente oposición de la población –

«No hay ninguna manera ‘humana’ de matar a una ballena en el mar, y por ello exigimos al ministro que la prohíba permanentemente», declaró el director de Humane Society International, Ruud Tombrock, en un comunicado.

«Las ballenas se enfrentan ya a tantas amenazas graves en los Océanos a causa de la contaminación, al clima climático, a quedarse atrapadas en las redes de pesca y a los chocques con barcos, que poner fin a la caza comercial de ballenas es la única conclusión ética”, agregó.

Según Robert Read, director de Sea Shepherd UK, la decisión también supone un «duro golpe» para los otros países que la practican. «Si la caza de ballenas no se puede practicar humanamente aquí […]no se puede practicar humanamente en ningún lado”, afirmó.

La oposición a esta práctica es ahora mayoritaria entre la población islandesa. El 51% de los islandeses se oponen (en comparación con el 42% de hace cuatro años), según una encuesta realizada por el Instituto Maskina, cuyos resultados se hicieron públicos a principios de junio.

str-po/rox/es-mab/jvb/mb

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