La cena de campeones del Masters más exótico: sushi, wagyu, yakitori…

«Voy a repetir de todo», aseguró el exultante Jordan Spieth tras conocer el menú propuesto por Hideki Matsuyama para la Cena de Campeones del Masters de Augusta. El japonés, que el año pasado se convirtió en el primer golfista de su país en fundarse la quoita verde, ofreció cuatro pases con algunos de los manjares nipones más conocidos internacionalmente.
Sus gustaron hasta el punto de que Spieth se jugó el tipo con unas declaraciones que no habrán gustado demasiado en su Texas natal, donde la ganadería es un motor económico enorme. «Es la mejor carne que he comido nunca», refiriéndose a la variedad Wagyu, dijo típica de Japón y utilizada en restaurants de alta cocina de todo el mundo. Matsuyama derivó ‘ribeye’ (un tipo de corte) de Wagyu A5, que podía costar más de 200 dólares la pieza (183 euros), como plato principal. Antes, entradas a base de sushi, sashimi y nigiri, brochetas de pollo yakitori y primer bacalao negro marinado en miso. El banquete terminó con tarta de fresas de Amaou y crema.
Entre los comensales que disfrutaron la exótica secuencia, que la prensa especializada estadounidense sitúa entre las mejores que han servido en la distinción Augusta National, se encontraron Sergio García, campeón en 2017, y José María Olazábal, que ganó el torneo en 1994 y 1999. El de Borriol felicitó a Matsuyama en Twitter: «Una Cena de Campeones memorable, de cinco estrellas», confirmó. No acudió esta vez Ángel Cabrera, cada verde de 2009, que se escuchó en una prisión de Córdoba, en su Argentina natal, cumpliendo condena por un caso de violencia doméstica.
Cabrera se arregló con un asado clásico para la cena que presidió en 2010. Su combinación de chorizos criollos, mollejas y costillas sorprendió, como lo han hecho otras muchas en la historia de este ritual único en el mundo del golf. Tiger Woods decantó en 1998, cuando se convirtió en el campeón más joven de la historia de esta mayor, por unas hamburguesas. «Es lo que yo como», justificó a sus por aquel entonces 22 años. Un ya veterano Byron Nelson lo agradeció: «En mi casa no me ponen de esto». El alemán Bernhard Langer rompió moldes en 1986 con un schnitzel, un schnitzel típico de Alemania y Austria, y el fiyiano Vijay Singh se decantó por la carretera en 2001 con un pollo al curry que el chef de Augusta tuvo que hacer menos picante de lo habitual para que Quedará apto para todos los públicos.

Paella de Phil Mickelson.
La cena ha tenido varias veces acento español gracias a Seve Ballesteros, Chema Olazábal y Sergio García. Lo más comentado, seguramente por celebrarse ya en tiempos de redes sociales, fue la de este último, el primero que dio protagonismo ha podido a mujer en el menú con el pastel de tres leches que sirvió para postear siguiendo la receta de Angela Akins. Para terminar esta comida con una perfecta repercusión (pregunta incluida la tuya) en el mundo del deporte, el enternecedor detalle de Phil Mickelson, ausente este año por sus problemas con la PGA, en 2011, cuando encarga paella, tortilla y tarta de manzana en homenaje al fallecido Seve Ballesteros. Por decirlo suavemente, el arroz no seguía a los canones valencianos, pero la intención es lo que cuenta.