Ligue 1: Sergio Rico: «Nadie quiere morir, pero si hubiera tenido que dejar de jugar al fútbol, no habría merecido la pena»
Sergio Rico estuvo 26 días en coma. Pero el portero español del PSG se recuperó, salió del hospital y ahora espera poder volver a un terreno de juego. Mejora poco a poco. La suya es una historia de fortaleza. El meta ha explicado cómo se siente en una entrevista con ‘Canal + Foot’.
«Lo asemejo todo al fútbol, el fútbol es mi vida. El médico así lo decía, que al final una arteria mía era un poco más gruesa o más grande que la de una persona que no hiciera tanto deporte. Me siento muy afortunado de seguir vivo porque había sido muy grave y había estado en juego la vida», asegura.
Me siento muy afortunado de seguir vivo porque había sido muy grave y había estado en juego la vida
Sergio Rico sufrió un traumatismo craneoencefálico tras caerse de un caballo en El Rocío, en Huelva, y estuvo ingresado en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla. «Un doctor te dijo que si no hubieras sido un atleta de alto nivel estarías muerto?», le preguntan al cancerbero en CANAL+ Foot. «Sí, lo dijo», responde.
Casi salto de la cama del hospital [cuando el médico le dijo que podría volver a jugar]
El regreso
A pesar de la gravedad del accidente que sufrió, Rico espera volver a los terrenos de juego con el PSG. El portero asegura que el doctor le comentó que sí podría. «El médico se sorprendió mucho y empezó a explicarme que había tenido un accidente grave. Me dijo que sí. A partir de ese momento, me sentí aliviado. Casi salto de la cama del hospital. La vida es muy importante. Nadie quiere morir, pero si hubiera tenido que dejar de jugar al fútbol, no habría merecido la pena», declaró el guardameta.
Es casi un milagro que esté tan bien. No debo exceder los 130 latidos por minuto
En cuanto a cómo se encuentra en este momento y a la actividad física que puede realizar, el cancerbero comentó: «Los médicos dijeron que había un riesgo en cuanto al equilibrio, pero es perfecto. Es casi un milagro que esté tan bien. No debo exceder los 130 latidos por minuto. Todo lo que puedo hacer sin exceder este límite, lo hago».
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