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películas que no merecían estatuilla, números ninguneados y obras maestras que se fueron con las manos vacías


David Lynch, un eterno ninguneado para la Academia de Hollywood

David Lynch, un eterno ninguneado para la Academia de Hollywood – Créditos: @VALERY HACHE

Martin Scorsese hizo su debut formal con la película ¿Quién llama a mi puerta?en el año 1967. A lo largo de las siguientes décadas, este realizador estrenó un generoso puñado de clásicos instantáneos, como Conductor de taxi, toro salvaje, after time allá Casinopor citar las más obvias. Y aunque se acumularon los elogios de la crítica, el Oscar a mejor director se le escapó una y otra vez.

Recién en 2007 Scorsese recibió dicha estatuilla gracias a su película los infiltrados; la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood necesitó cuarenta años para finalmente reconocerlo como un destacado director. Pero lejos de ser una excepción, esa es apenas una de las tantas injusticias cometidas por los votantes del Oscar. A continuación, repasaremos otros cinco casos de reconocimientos inexplicables y omisiones que abandonaron estos premios.

Vidas cruzadas, una victoria incomprensible

Resulta imposible armar una lista sobre Oscar injustificado sin encabezarla con Vidas cruzadas, una lectura de moralidad envasada en 112 minutos de duración que contiene todos los temas que en Hollywood tanto gustan premiar. Se trata de un informe colectivo que recopila innumerables situaciones de abuso y discriminación, y que ayudará a constatar que si, que todas las gunas personas pueden quedar sumamente arruinadas. Pero eso no tiene por que ser buen cine, y de hecho, varias películas abordaron los mismos temas con mucho mayor vuelo artístico que la película de Paul Haggis.

Sin embargo, porque el mensaje es más importante que el artista, y vidas cruzadas se llevó el Oscar a mejor película, derrotando en esa misma noche a otras cuatro opciones que, en mayor o menor medida, eran mucho más atractivas. Capucha, secreto en la montaña, Buenas noches y buena suerte y ni mas ni menos eso Munich, de Steven Spielberg, perdiz en esta categoría. De más está diciendo no solo que vidas cruzadas quedó en el olvido, sino que al día de hoy es uno de los mayores bochornos en términos de priorizar una película obviamente mediocre por sobre otros largometrajes mucho más ricos en su propuesta y ejecución.

El hilo fantasma y el Oscar que no fue

Pablo Thomas Anderson no tiene ningún Oscar como mejor director. El responsable de películas como Juegos de placer, Embriagado de amor allá petroleo sangriento, jamás se llevó una estatuilla por su trabajo como realizador. Pero en 2017, todo indicaba que iba a tener revancha: ese año, su película El hilo fantaseaba le había significado la nominación a mejor director ya mejor película. La competencia no era fácil y los números en competencia tenían grandes posibilidades, pero la trayectoria de Anderson y el que jamás hubiera recibido un Oscar lo anticipaban como un gran candidato. sin embargo, Guillermo del Toro y La forma del agua se quedaron con ambas distinciones.

En un mundo más justo, Paul Thomas Anderson ganó un Oscar

En un mundo más justo, Paul Thomas Anderson ganó un Oscar – Créditos: @gentileza

Desde luego que del Toro es un director excepcional, pero premiarlo por esa película -una de las menos interesantes de su filmografía- dejó con sabor a poco. La incuestionable calidad de El hilo fantaseabay más recientemente Pizza de regalizinvitan a preguntarse qué más debería hacer Thomas Anderson para ganar un Oscar , siendo él un número ineludible para entender el cine actual (por cierto, esto también aplica al creador de Los excéntricos Tenenbaumsel otro Anderson también eternamente ninguneado por los votantes de la Academia).

Judd Apatow: el estigma de la dedicación a la comedia

Judd Apatow

Judd Apatow – Créditos: @ELIZABETH WEINBERG

Es histórico, es hábil y es innegable: los Oscar no están interesados ​​​​en la comedia (ni en los géneros populares, como la aventura o el terror). Los actores de comedia no son demasiado relevantes para estos premios (a menos que se vuelquen al drama, desde luego), y los directores que se abocan al humor saben que no tienen un espacio en esa ceremonia (a menos que les toque presentar una terna ). Y si hubiera que abreviar en un solo número la injusticia de los Oscar hacia la comedia, ese sería el de Judd Apatow. Como director y productor, Apatow fue responsable de las películas clave del siglo XXI, títulos que se instalaron en la cultura popular y que son bandera para distintas generaciones.

Por mencionar unos pocos largometrajes que bien podrían haber tenido un Oscar, y en los que Apatow estuvo involucrado, alcanza con recordar a Ligeramente embarazada, Funny People, Bienvenidos a los cuarenta, Superbad, Damas en guerra, ¿Puede una canción de amor salvar tu vida?y desde luego, virgen a los 40 años. Que pueda resultar descabellado premiar una comedia tiene que ver con la mirada prejuiciosa que la Academia tiene sobre ese genero, mientras que otros dramas que se oxidaron a paso acelerado recibieron numerosos reconocimientos (como por ejemplo, el título que viene a continuación).

El (olvidado) discurso del rey

Hay películas que responden a una agenda efímera y se definen en tema de diálogo entre espectadores que consideran que alcanza con tocar determinados para que una película sea buena. Esa es una forma muy habitual en los Oscar, y la prueba de ello es lo que sucedio estafa El discurso del rey. Llena de golpes bajos y de momentos que buscan la emoción fácil, esta película de Tom Hopper (¡quien también ganó como mejor director!) quedó prácticamente en el olvido, poco tiempo después de su premiación. Nadie la recuerda, nadie la cita, a nadie le importa y es muy poco probable que el público más joven la busque para saber “de qué se tratará ese título que ganó el Oscar en 2010″ . Peor aún es revisar qué otras películas competían con ese premio, porque entre las aspirantes a conseguir la estatuilla se encontraron redessociales, por David Fincher, y Toy Story 3, de Lee Unkrich, dos títulos hoy son ampliamente revisados ​​y en perspectiva, mucho más valiosos.

Ocho nominaciones pero ningún premio

En los Oscar que premiaban lo mejor de 1980, el hombre elefante, de David Lynch, recibió ni más ni menos que ocho nominaciones, entre las que se destacaba mejor película, mejor director, mejor guía adaptada y mejor actor protagonista. Y para sorpresa de nadie, la película no ganó nada. Durante el futuro de su obra, Lynch volvería a ser nominado a mejor director apenas dos veces más (de Terciopelo azul allá El camino de los sueños), y su carrera distanció de los Oscar por motivos que no resultaron difíciles de intuir. Considerado uno de los directores experimentales más importantes del cine moderno, este director no casaba bien con las grandes cifras de taquilla, ni con la demasiada importancia al feroz lobby que le secundan muchas películas oscarizadas. Y no contar con una foto de Lynch con una estatuilla en mano, inevitablemente lleva a preguntarse hasta qué punto los Oscar son tan representativos del cine.

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