Real Madrid: El escándalo del Sky Bar: Anastia rebaja sus pretensiones para ceder el espacio… ¡y presenta un ERTE!
La noticia publicada por MARCA sobre el escándalo del Sky Bar y las palabras de Florentino Pérez en la Asamblea al ser cuestionado por la gestión del superpalco y su arrendamiento al grupo Anastia Gourmet Hostelería ha generado un tremendo nerviosismo entre todos los actores involucrados en el caso, especialmente entre los propietarios del grupo elegido para poner en marcha el proyecto. Según ha podido saber este diario, Carlos García-Delgado, propietario del 51% de Anastia ha rebajado ostensiblemente sus pretensiones para vender los derechos de explotación del palco y acabar así con su vinculación con el proyecto.
El Grupo García-Delgado adquirió el 51% de Anastia en el mes de agosto y alcanzó un compromiso de invertir 6 millones de euros en el plazo de 30 días para acabar con las deudas que existían con los proveedores, pero no cumplió con su palabra. En lugar de cumplir con la inversión, la gestión de García-Delgado optó por subastar el contrato del Real Madrid con el Sky Bar, fijando una cifra inicial de hasta 20 millones de euros, buscando multiplicar casi por 100 su inversión inicial, de 250.000 euros. Sin embargo, tras destapar MARCA este escándalo y verse en el centro del foco mediático, la cantidad solicitada ha ido sufriendo una drástica reducción, hasta quedar fijada en las últimas fechas en 750.000 euros, según fuentes del sector que han recibido esta propuesta. Ninguna empresa, no obstante, se ha mostrado dispuesta a hacerse cargo del proyecto sin pasar por el Real Madrid.
Pero esta nueva subasta, ahora a la baja, no es el único movimiento de los directivos de la empresa. En lo que los proveedores consideran un «giro de irresponsabilidad empresarial», Anastia ha presentado un ERTE que ha dejado en total incertidumbre la continuidad de su actividad, sin aportar valor alguno a la compañía, más allá de lo que podría interpretarse como un intento de obtener una «mordida extra» por facilitar la salida del Sky Bar del Santiago Bernabéu. Estas maniobras de Carlos García-Delgado son vistas por parte de los proveedores y del propio club como una huida hacia adelante buscando obtener la última tajada posible de lo que algunos consideran ya una presunta estafa con el mejor club del mundo de por medio.
La gestión de García-Delgado en el Sky Bar ha estado marcada por el incumplimiento de los compromisos adquiridos con los proveedores, por la subasta de un contrato valioso con el Real Madrid y por su total falta de diálogo con los dirigentes del club. De hecho, García-Delgado es considerado una persona «non grata» en la entidad, dada la situación irregular que ha generado. Desde el mes de septiembre no puede acceder a la planta 10 del estadio, encontrándose ahora mismo en litigios con el Real Madrid tras reclamarle 16 millones de euros por, asegura el empresario jerezano, no permitirle «explotar el Sky Bar» del que tiene los derechos. Su actuación ha resultado particularmente controvertida, especialmente cuando anunció una demanda contra el Real Madrid, a pesar de que su situación actual podría calificarse de «okupa» del Sky Bar. Esto se debe a que ha incumplido sus compromisos con los proveedores, con las rentas y finanzas acordadas en contrato, así como con las devoluciones de cantidades cobradas por adelantado, entre las que destacan 50 asientos del paco para los días de partido y dos contratos multimillonarios con Schweppes y Heineken.
El Madrid acelera, pero siguen las dudas
Aunque Florentino Pérez intentó quitarle hierro al asunto en la Asamblea con unas palabras que no sentaron muy bien entre los proveedores que siguen sin cobrar meses después de acabar la obra, la realidad es que el presidente del Real Madrid ha dado la orden a Manolo Redondo, uno de los firmantes junto a José Ángel Sánchez del contrato de arrendamiento con Anastia, que arregle cuanto antes el problema surgido por la mala elección de la empresa encargada de gestionar el Sky bar.
El Madrid ha eludido en todo momento dar en su respuesta una explicación convincente a un aspecto clave: por qué el club decidió conceder la explotación (teniendo otras ofertas de grupos de reconocido prestigio y experiencia) a Anastia Gourmet Hostelería, una empresa recién constituida con un capital social de apenas 3.000 euros, sin ninguna credencial que avalara su solvencia profesional ni económica.
La mencionada Anastia Gourmet Hostelería estaba participada mayoritariamente por la sociedad Mandalore, S.L., anteriormente conocida como Bribón de Madrid, S.L., cuya administración corre a cargo de Julio Mañas Martín-Camuñas, quien fue propietario de la extinta cadena de cafeterías Vait, y que contaba como apoderado con Javier Utande, “una persona que se jactaba de sus buenos contactos en el Madrid”, según algunos representantes de las empresas afectadas. De hecho, tal y como informó El Confidencial, «el escándalo podría salpicar a un vicepresidente del Real Madrid, Eduardo Fernández de Blas, cuyo nombre coincide con el de la empresa encargada de gestionar las nóminas de Anastia, ‘Eduardo Fernández de Blas SA’.
Todo este enjambre y, sobre todo, los impagos a los proveedores desde que se iniciara el proyecto en julio de 2023 está llevando a la desesperación a los afectados, que se niegan a avalar sus propios trabajos (requisito imprescindible para obtener la licencia) hasta que cobren todo lo que se les debe. No obstante, los últimos movimientos de García-Delgado, dispuesto a vender el negocio por 750.000 euros, y las noticias que hablan del acelerón del Madrid para arreglar el conflicto, ha abierto un nuevo hilo de esperanza entre los proveedores.