San Román: “Iremos a muerte, pero no puedo ocultar mi ADN”

Sobrino nieto de la leyenda de los 70 que levantó una Recopa, dos Ligas y una Copa junto a los Luis, Griffa y compañía, hijo de otro Miguel que mantuvo el apellido en el club hasta saltar desde el filial a ocupar una plaza en el banquillo frente a Osasuna durante la huelga de futbolistas de 1984 y con toda la familia paterna nacida en San Rafael, el tercer Miguel San Román veía la luz en 1997 en Benidorm, donde acababa la carrera su padre, con el rojiblanco corriendo por sus venas y con la portería esperándole para seguir la saga.
“Blanco ni el Orujo”, como reza la biografía que relata el carisma del Pechuga, el destino también ha respetado la máxima del tío abuelo añadiendo el color verde a la franja que le atraviesa el pecho y un corazón inevitablemente rojiblanco. “No lo puedo ocultar porque el Atleti forma parte del ADN de mi familia y estuve acompañado de esa simbología desde bien pequeño”, reconoce. Sin embargo, los caprichos de la vida obligan esta noche al ahora portero del Elche, al que Simeone permitió cumplir su sueño de la infancia, a enterrar los sentimentalismos, siendo el primero en querer convertirse en el gran escollo del campeón de invierno de LaLiga en su camino hacia los cuartos de Copa.
Una ‘machada permitida’
“Que la gente no se confunda, iremos a muerte, a intentar ganarles”, advierte San Román en relación a su pasado. “Elche está muy ilusionada con la Copa, a ver si podemos meterles mano. Queremos creer que sí hay manera de competir con nuestras armas. Aunque veo la mejor versión del Atleti este año, jugando a un nivel muy muy alto, nosotros también llegamos con mucha confianza, con todos implicados y disfrutando. Será un partido especial”.
Queremos creer que sí hay manera de competir con nuestras armas
SAN ROMÁN
Un Cholista convencido
De lo que no tiene duda es que el “Elche” pronunciado por El Cholo justo después del récord de triunfos ante Osasuna suponía toda una declaración de intenciones. “Tuve la suerte de estar un año en su vestuario, para mí es el mejor y no me cabía duda de que iba a responder así. Sé su determinación, su forma de afrontar el fútbol y el partido a partido que lleva grabado a fuego. Es el más importante del año porque el siguiente siempre lo es, no guarda nada. Por eso espero su versión más competitiva. Sé cómo viven la Copa, una opción real de ganar un título”.
Para mí fue un master de fútbol compartir el día a día con Simeone, Vercellone y los demás
Un torneo que, pese a la eliminación ante el Cornellá en 2021, jamás olvidará después de que El Cholo lo situara bajo los palos. “Le estoy muy agradecido a él y a Vercellone porque me trataron especialmente bien. Me moldearon para que comprendiera totalmente lo que era el fútbol de élite. Mi salto fue viniendo cedido al Elche el año que ascendimos, pero a mi vuelta, tras pedirme el Atleti que me quedara por ser el año del Covid y necesitar tres porteros, viví un año muy especial con la conquista de la Liga y ese debut en Copa. Para mí fue un master de fútbol compartir el día a día con ellos, me hicieron sentir como uno más. Lo guardo en mi memoria y mi corazón”.
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Del consejo de su padre, a la ‘amenaza’ del Pechuga
No era para menos atendiendo a todo lo que mamó tanto en su casa como en la de los abuelos paternos. “Toda la vida hasta arriba de detalles rojiblancos. Recuerdo tener la camiseta de Hasselbaink, mi primera vez en el Calderón en la Intertoto… Infinidad de recuerdos de un niño criado en esa doctrina atlética. No lo puedo ocultar porque el Atleti forma parte del ADN de mi familia y estuve acompañado de esa simbología desde bien pequeño”, reconoce San Román.
También miles de anécdotas que le permitieron interiorizar los valores del Atlético. “Se me pone la piel de gallina cuando mi padre me habla de sus entrenamientos en el Calderón con Luis Aragonés al mando. Y esas frases tan míticas y esa manera tan especial que tenía de tratar al jugador”, explica.
Se me pone la piel de gallina cuando mi padre me habla de sus entrenamientos en el Calderón con Luis
De hecho, pese a que su progenitor acabaría haciendo carrera en una Segunda B muy competitiva entonces (empezó en el Conquense y acabó en el Benidorm), le acabaría dando un consejo clave para acabar erigiéndose en el portero que es hoy. “El primer día que fui al Atleti me dijo ‘compórtate como tu eres, trata a todo el mundo con respeto porque si lo haces van a querer que te vaya bien y te ayudarán’. Y lo tuve presente durante todos mis años en la cantera porque al principio lo tuve muy difícil porque tenía carencias técnicas y me costó mucho jugar, pero se me dio la oportunidad de seguir porque mi forma de trabajar y comportarme. Me dio la posibilidad de agarrarme al fútbol profesional”, sostiene.
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No obstante, sería una amenaza del Pechuga la que le acabaría por encauzar. “A mi tío abuelo por desgracia no pude tratarlo mucho porque yo estaba en Benidorm y él en Madrid o San Rafael, pero al enterarse de que había firmado por el Atleti estuvo muy pendiente los primeros meses. Alguien debió decirle que jugaba con una cinta en el pelo, como hago ahora para sujetar la melena, y llegó un día y me dijo: ‘como me entere que sigues jugando con ella voy y te la arranco!’ Así era”, cuenta con gran cariño.
Tras firmar, el Pechuga me dijo que como jugara con una cinta en el pelo me la quitaba
Portero en los genes
Pese a que estaba predestinado a ser portero por herencia familiar, San Román acabaría bajo palos con varios años de retraso. “Mi padre lo evitó a toda costa porque sabe del sufrimiento que conlleva, lo expuesto que estás y el dolor que producen los errores. Así que empecé de lateral. Hasta que un compañero de mi padre que estaba al frente de la cantera del Benidorm le dijo que yo era muy valiente, que ponía muchas ganas e intensidad, pero que con el balón en los pies no era el mejor, que por qué no probaba a ponerme de portero. Él intentó que no hasta que, según recuerda, llegué un día, le pedí que me comprara unos guantes y ya no hubo marcha atrás”.
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La llamada del Atleti que lo cambió todo
Aunque emanaba sentimiento rojiblanco desde la cuna, San Román no ingresaría en el Atlético hasta 2011, para enrolarse en el Cadete de primer año. Un aterrizaje que volvería a estar presidido por un capricho del destino. “Es una historia un poco rocambolesca. Yo estaba en el Benidorm, que ni jugaba en la División de Honor y me llamó el Valencia por un programa de captación. Iba a firmar, llegué a visitar la residencia, pero tres o cuatro días antes me llamó el Atlético al enterarse de que mi padre se iba al Getafe con Luis García, que como él había pasado por la cantera, para ser el entrenador de porteros. Sabían que iba a tener en cuenta el hecho de poder vivir cerca de mi familia. No hubo mucho más que pensar porque siendo el Atleti y con mi tradición familiar, me hizo mucha ilusión. Así que le dimos las gracias al Valencia, que se portó muy bien y tomamos camino a Madrid”, rememora.
Iba a ir al Valencia, pero cuando llamó el Atleti no hubo mucho que pensar
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La ‘bienvenida’ de Reyes a la élite
Tampoco olvida San Román el día que, a sus 14 años, en su primer entrenamiento con el Atlético, poco antes de que El Cholo relevara a Manzano, comprobó de qué iba el fútbol. “Fue una cosa circunstancial, Courtois se había hecho daño, Joel estaba con la selección y no había porteros. Así que buscaron al más alto que hubiera en el turno de tarde y era yo. Entrené con las pulsaciones al 2.000, pero me acuerdo sobre todo de un tiro de Reyes que me sacó las manos del sitio y me descolocó completamente porque yo era un niño que no estaba preparado para esos pelotazos y me puso rápido en alerta de que ese era el nivel profesional”, desvela.
El aprendiz de Oblak
Lo que nadie puede imaginar es cuál habría sido el futuro de San Román en el Atlético de no haber coincidido con Oblak. “Sabía que era francamente difícil, antes que yo no había debutado ningún portero canterano con Simeone. Siempre vi a Jan como lo que es, el mejor del mundo. Verlo trabajar todos los días del año es como ver a un fenómeno. Intentaba coger lo máximo posible. Fue un regalo y un aprendizaje continuo”, cuenta con el primer Doblete Juvenil de la historia del Atlético en su currículum.
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Siempre vi a Jan como lo que es, el mejor del mundo, fue un regalo trabajar con él
Amistades peligrosas
Koke, Correa, Llorente o Riquelme, devolverán a San Román sus últimos recuerdos en rojiblanco, aunque rescata de su último año en el filial el aviso de que durante los 90 minutos no hay amigos. “Giuliano también lo lleva en el ADN. Lo que representa es puro Atlético de Madrid. Pero además es talento, no llegas a la campeona del mundo sólo con pundonor y ganas”.