Así cambió Mancini Italia
Hace tres años y medio, nadie hubiera imaginado una Italia tan hermosa y una estrella en la Eurocopa. El fracaso apocalíptico para clasificar a la Copa del Mundo de 2018 fue el punto más bajo en la historia de Nazionale, pero la llegada de Roberto Mancini ha cambiado totalmente el panorama. Desde las cenizas de este fracaso hasta la ilusión de esta semifinal, el camino ha sido largo, pero el técnico siempre ha tenido las ideas claras. Ahora está cosechando frutos bien merecidos y la FIGC ha extendido su contrato hasta 2026. Mancini ha existido por un tiempo.
Identidad. La nueva Italia, después de los desastres de Ventura, quería tener una identidad definida rápidamente. Mancini trabajó de manera constante en 4-3-3 y nunca se ha perdido. Por eso, como sucedió ante Gales, su equipo funciona igual si hay ocho cambios en el once. Las ideas valen más que los nombres propios.
Grupo. La Azzurra funciona porque sus actores creen en el proyecto y se apoyan entre sí. Immobile y Belotti compiten por la misma posición, pero aplauden y besan cada vez que el otro lo hace. Insigne y Bernardeschi, rivales de Napoli y Juve, suelen aparecer cantando y bailando juntos en las redes sociales.
Noticias. Mancini llamó a 77 jugadores en tres años, usando 67. Buscó caras nuevas y no dudó en llamar a Zaniolo cuando aún no había debutado en la Serie A, causando revuelo. Talento, sobre todo.
Espejismo. Bonucci le dijo a As que antes irse con Italia era casi una carga, y ahora un placer. Mancini repite a menudo este concepto: sus jugadores tienen que divertirse, dentro y fuera del campo. Ha puesto a todos en su sitio, buscando la forma de sacar la mejor versión de cada futbolista, y lo consigue.
Defender. Italia ya se ha olvidado del catenaccio, pero no de la defensa adecuada: simplemente lo hacen de otra manera. Presiona muy alto, acepta duelos de hombre a hombre, trabaja con tremenda intensidad. Los resultados son los mejores de todos los tiempos: este grupo sumó 1.168 minutos sin encajar un gol, rompiendo el récord de Zoff, que era el mejor récord mundial a nivel nacional. Casi nada.
Ataque. La filosofía ofensiva de Mancini se refleja en las estadísticas. Su equipo ha marcado 90 goles en 37 partidos, un promedio de 2,43 por partido, el mejor en la historia de Nazionale. Los goleadores fueron 30 (solo el mítico Pozzo tuvo más, 53) y esta cifra confirma que los italianos tienen muchas soluciones para hacer daño. Italia nunca había marcado tres goles en un partido de la Copa de Europa. En este, lo hizo dos veces.
Meritocracia. La mejor jugada con Mancini, no hay dudas y polémicas. El técnico tuvo el valor de dejar en el banquillo al hombre clave de la Juve, Chiesa, apostando por Berardi, que estuvo de acuerdo con él con buenas actuaciones en la fase de grupos. Y cuando fue necesario, como antes en Bélgica, la jerarquía cambió. En esta Euro todo el mundo ha salido al campo, menos el tercer portero Meret. Todo jugador sabe que su oportunidad puede presentarse.