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Elena Congost, una mam a la carrera hacia los Juegos de Pars


«El da a da de una madre deportista de lite es todo el da corriendo de un lado para otro», resume entre risas Elena Congost. La atleta paralmpica, oro en maratn en los Juegos de Ro 2016 y plata en 1.500 metros en los de Londres 2012, est de vuelta. Tras ocho aos alejada de la competicin y en los que ha sido madre de Arlet (6 aos), Abril (4), Ona (3) y Lluc (1), este verano competir en los Juegos de Pars, los quintos en su carrera deportiva. «Con un podio estar ms que satisfecha tras cuatro maternidades, cuatro pospartos y 8 aos sin competir a nivel internacional», reconoce.

Meses antes de los Juegos de Ro 2016 tena claro que quera ser madre. Aguant y, tras proclamarse campeona paralmpica, decidi hacer un parn. «La idea no era hacerlo tan grande y tener cuatro tan seguidos. Mi intencin era ir a Tokio y tras el confinamiento estaba sper fuerte, pero en septiembre de 2020 me qued embarazada por sorpresa», confiesa.

El camino de vuelta a la lite no ha sido fcil siendo madre de familia numerosa. «Mi da a da es una locura. Hasta que se acab el colegio, llevaba al pequeo con la canguro o con la abuela, otra a la guardera y las dos mayores al colegio. Les iba dejando como paquetes«, relata divertida. «Y de ah me iba a entrenar. Al acabar les recoga, coman en casa y les volva a llevar al colegio. Luego les reparta en las extraescolares. Las mayores hacen gimnasia artstica y los dos pequeos se quedaban con la abuela. Mientras, aprovechaba para entrenar mi segunda sesin. Y luego baos, cenas y a dormir lo ms pronto posible», resume. Es su maratn diario.

En cinco meses hizo la mnima

Lo ms difcil, con cuatro hijos, es encontrar tiempo para descansar, algo fundamental en el deporte de lite. «Tener un descanso ptimo es lo ms complicado de ser madre y deportista. El pequeo no duerme nunca del tirn, se despierta dos o tres veces durante la noche. Me noto mermada de horas de sueo», reconoce.

Fue su marido quien le pic para volver cuando naci el pequeo. Quedaba poco ms de un ao para Pars. Empez a entrenar sin decrselo a nadie hasta que en septiembre habl con su entrenador y, aunque saban que era una locura, se puso como objetivo la maratn de Sevilla en febrero. «El entrenamiento de los aos anteriores estaba dentro. Fuimos mejorando muy rpido, cada semana haba un salto de calidad y me fui convenciendo. Priorizamos entrenar a un ritmo ms lento y meter volumen para al menos llegar. Me tom Sevilla como la Selectividad», explica. Y siguiendo con el smil, sac matrcula de honor. Pedan 3:11 de mnima y Elena hizo 3:05:02. De sobra. La realidad es que Elena nunca dej de entrenar durante los embarazos y el cuerpo tiene memoria. En cinco meses, haba logrado la mnima para los Juegos, donde por primera vez competir con gua en maratn ya que sufre una atrofia del nervio ptico de nacimiento que afecta a los dos ojos por igual y ve un 5%.

Ese resultado sirvi para demostrarse a s misma que poda, pero tambin a los dems. «Siempre tienes la duda de cmo ser el regreso porque tu vida cambia completamente. Te preguntas si podrs. Mucha gente cuando dije que quera volver me deca que me lo quitase de la cabeza, que era imposible. Yo quera probarlo y tambin es bonito ensear los valores del deporte a tus hijos, que te vean entrenar dndolo todo. Lo haces por ti pero tambin les inculcas esos valores porque el deporte nos educa como personas», dice convencida.

El atletismo le ayuda a desconectar

«Hay das que acabo el entreno y me pregunto: quin me ha mandado estar aqu?», cuenta divertida. Pero no se arrepiente en absoluto. «Antes me presionaba mucho, quera ser la mejor. Ahora ya no tengo que demostrar nada a nadie y, por otra parte, cuando voy a entrenar es mi momento sin hijos, de calma, solo existo yo, vuelvo a ser la de siempre. Es mi momento de desconexin del mundo y me ayuda a llegar a casa con la mente en blanco», confiesa.

Cuando entreno es mi momento de desconexin del mundo y me ayuda a llegar a casa con la mente en blanco

Elena Congost, campeona paralmpica de maratn en Ro 2016

Ahora es el momento ms importante porque son 12 semanas especficas de muchos kilmetros -unos 150 a la semana- y sin cole, la logstica se complica. An tiene la duda de que vayan las dos mayores a Pars con su marido. «No s si estar ms pendiente de ellas que de m, si me mermar en concentracin y tranquilidad. Los dos pequeos se quedan con los abuelos», dice.

La cita es el 8 de septiembre, el ltimo da de los Juegos. «Y el 9 empiezan el colegio, no hay tregua», suspira.

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