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Estén atentos a Hazard – AS.com


Descartó la hipótesis de que Hazard no es Eden sino Hugo, su gemelo siamés de quien se separó poco después de su nacimiento porque mostraba tendencias caníbales (esta vez los Simpson fallaron), y prohibió la teoría, porque es aún más improbable, que solo sube al público cuando toca en Londres o en Bélgica, como este tenor de Woody Allen que solo cantaba bien en la ducha, la conclusión es obvia: Hazard es Eden Hazard, tres veces nominado al Balón de Oro, jugador del año en una edición de la Europa League, nombrado como uno de los mejores jugadores de la Premier y tres años distinguido como el mejor del Chelsea, entre otros méritos. Ahora es difícil reconocerlo. Quizás él mismo, al quitar la niebla del espejo del vestuario después de un partido, tampoco lo haga. Es un veterano de la guerra de Vietnam cuyos recuerdos lo persiguen y le impiden reanudar su vida de forma natural. Por eso, un flash mínimo, un desbordamiento cada 40 minutos, una gran toma o un muro aislado con Benzema es suficiente para montar un festival de verano donde tus conocidos sonríen, tus vecinos aplauden y todo el pueblo festeja. Como sucedió frente al sheriff, por tomar el último ejemplo. Maíz No se equivoquen: Hazard es un jugador diferente al que fichó, una inspiración latente, y aún no ha llegado al Real Madrid con la terapia adecuada para recuperarlo.

No hay duda de que Meunier, en esa patada fatal, no solo se rompió el tobillo. Algo en el interior se ha lavado. El talento llora por abrigarse con confianza pero el del belga se dañó hace dos años. El camino no lo ha ayudado desde entonces, plagado de trece lesiones, contagio de coronavirus, una imagen controvertida con sus excompañeros del Chelsea e innumerables patadas que solo han alimentado demonios. Maíz Es hora de dejar ir el miedo porque parece que este año es la clave de tu futuro. Una vida mas y Inserte una pieza. Jorge Valdano insiste en cada espectáculo que sigue esperando ver al mejor Hazard y yo trato de convencerme. Habiendo hablado con Dios todos los días te da la autoridad para ser un apóstol de la fe. Me acerqué a la temporada con la certeza de que esta vez sí, con el gatillo de Mbappé, la vida recompensaría al Real Madrid con el desequilibrio y la picardía de Edén, que el ánimo que rezuma durante los calentamientos se vería reflejado de la mejor manera posible. triangulaciones con Vinicius y Benzema. Sin embargo, es octubre y ya se ha podido leer en algunos titulares que “Algo pasa con Hazard” que tiene tanto gancho como realidad.

Ancelotti, el nuevo psicoanalista blanco, sigue pensando en un tratamiento de choque que debe contener la Dosis adecuadas de cautela (para evitar lesiones), continuidad (para recuperar sensaciones) y mensajes positivos («Solo le falta el gol, el resto lo hizo muy bien»). Empezó dándole un partido a la semana, modificó esquemas y fichas se movieron fuera del tablero buscando ajustes (jugaba en el perfil del tridente izquierdo, en el medio campo e incluso en el lado derecho, con Vinicius en el lado opuesto) y oportunidades. (fue titular en cinco de los siete partidos de la temporada)… Para el Madrid es muy importante sacarlos del limbo. Pero sigue sin mostrarle al Bernabéu un recibo que premie su paciencia.

La afición de Chamartín no es Santo Job y es precisamente esta exigencia la que ha guiado al equipo a lo largo de su historia. La resistencia con Hazard es considerable. O porque hay pruebas de lo que es capaz de hacer plenamente, o porque el número 7 impone tanta tolerancia como respeto. Maíz o Ancelotti encuentra una solución (trabaja en ella) y Hazard sube a la bandera, o el belga acabará en el escaparate, un final indigno para un jugador que estaba llamado a ser la bandera del Real Madrid postcristiano. Mientras tanto, y tomando uno de los cierres para Días de cine del inolvidable Antonio Gasset, tenemos que esperar al próximo espectáculo de Hazard: No sabemos qué día ni a qué hora volverá a ser lo mismo, así que estad atentos …

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