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Fuego total en los Lakers



Los Lakers tuvieron una de sus mejores noches de la temporada (no es difícil, la verdad) el pasado lunes. Solo habían pasado 48 horas, pero me pareció una eternidad. un equipo que produce más noticias (y casi todas negativas) de las que parece capaz de asimilar, cuando llegaron los Indiana Pacers tras, insisto, una alegría empañada por un torrente de rumores: el asiento de Frank Vogel muy caliente, Talen Horton-Tucker en el mercado, Russell Westbrook sin nadie que lo ame, intentos de muchos jugadores (Myles Turner, Jerami Grant…) con muy poco que ofrecer a cambio…

entonces era un juego importante. A ver si Vogel podía volver a agarrarse fuerte a su asiento y si los Lakers eran capaces de evitar hacer lo que hacen los malos equipos: una buena noche seguida de una mala, una gran victoria mezclada con una calamitosa derrota. Hasta el rival se fue con él: los Indiana Pacers (ahora 16-26) habían perdido 10 de sus últimos 11 partidos y están empatados en el peor equipo de las Finales de la NBA. Fue, más allá de cualquier exterior, un partido importante para los Lakers que, es su realidad, tienen que rascar todo lo que puedan, sobre todo hasta que regrese Anthony Davis. Porque el calendario es muy complicado y apenas tienen margen de error: ahora 22-23, en una bochornosa negativa y octavo de un Oeste que, por suerte para ellos, no aprieta ni ahoga este año.

También, los Lakers demostraron cuál es su realidad en un rotundo desastre (104-111). Este podría ser el último juego de Frank Vogel, entrenador campeón de la NBA en octubre de 2020 (?cuanto llovio?). Y fue una prueba de que, casi sin monedas para intercambiar, no hay mucho que estos Lakers puedan hacer en el mercado para salvar una temporada en la que ya sea demasiado tarde para que regrese Anthony Davis. Los Indiana Pacers no ganaban en la pista de Los Ángeles desde 2015, precisamente con Vogel como entrenador. Cosas. Después de que su lugar hubiera estado en juego en futuros partidos, este golpe pudo haber sido el último clavo en el ataúd de un técnico con su parte de culpa pero al que le encomendaron una misión imposible con una lista Envejecido y sin especialistas defensivos: un equipo que no hables tu idioma, al que tampoco se ha adaptado y en el que ha habido, por si fuera poco, salud o continuidad. La nada.

Los Pacers solo aprovecharon los regalos de los Lakers, que se disparaban en el pie cada vez que tenían el partido cuesta abajo. Empezaron muy bien, con la inercia de la victoria ante los Jazz: 12-4 y 32-17 en el primer cuarto… cerraron 32-23. 47-33 en segunda… y 56-50 al descanso. Del 59-52 al 66-67 en tercera y del 85-81 al 87-95 en un último cuarto donde los de Rick Carlisle jugaron a su antojo: parcial de 24-35. los quintetos pequeña de los Lakers se quedaron atrás en todas las asistencias y se desangraron en el rebote. Los Pacers encadenaron puntos fáciles con apenas dos o tres asistencias mientras la energía de los Lakers se derretía como se derretía LeBron James, claramente cada vez menos. contraAris LeVert anotó casi el silbato 24 de sus 30 en total en el último cuarto. Domantas Sabonis finalizó con 20 puntos, 12 rebotes y 10 asistencias, sin enfrente en las zonas. Entre Brogdon y Holiday, hicieron el resto por unos Pacers que pasaron de parecer listos para mostrar la bandera blanca a andar. Y que fueron capaces de sellar el destino de Frank Vogel. Un entrenador, cosa de la NBA, muy importante en su propia historia reciente.

Los Lakers estuvieron bien en una primera mitad en la que alguna picardía les dejó sin gran ventaja. sí firmaron una segunda parte calamitosa. LeBron (30+12+5) falló cuando debía asegurar la victoria en un último cuarto donde su equipo estuvo completamente desconectado, sin concentración en defensa y sin ideas en ataque. sí Russell Westbrook tuvo otra noche horrible en lo que es uno de los peores hechizos en el baloncesto de toda su carrera. (32% tiros de campo en lo que va de 2022). Empezó pegando triples, que ya es nuevo, pero acabó con apenas 14 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias. Sin presencia, sin peso. Sentado en los últimos cuatro minutos porque Vogel dijo que había formado «el quinteto que podía ganar». herido por el línea de banda y debido a los rumores, Westbrook fue al vestuario antes de que terminara el partido y abandonó el pabellón sin hablar con la prensa. Así van las cosas en los Lakers: las llamas ya visibles por doquier, el terremoto perfectamente perceptible. Sin maquillaje ni vendajes. Una crisis total, la que sacará adelante a Frank Vogel, quizás hoy, y para la que no parece haber solución. No hay milagros cuando un mal equipo es solo eso, sin más narraciones ni asteriscos: mal equipo de baloncesto Con más ego que voluntad, con más pasado que presente, con más nombres que jugadores reales.

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