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GIRONA 1 – REAL VALLADOLID 0 Aprobado y fallido por Pucela: Más tranquilo que mal fario


El Real Valladolid volvió a caer en Montilivi, sin que el Girona mereciera ganarle, ya que en ningún otro lugar (pero también, quizás, menos) que en las zonas fue superior. Aunque mejoró en defensa respecto a partidos anteriores, fue una mentira en ataque, ya que del puñado de tiros que acumuló, hasta 15, siete fueron bloqueados, como se vio en el fútbol a los blanquivioletas.

Roberto: Algo vacilante en sus primeros discursos, se templa a lo largo de los minutos. No fue demasiado exigente, aunque volviera a ser «los paganini» en un penalti en el que Stuani lo había engañado.

Joaquín: No parecía tener demasiado dolor, porque en general la línea defensiva era buena, y con el cuero era el mejor del central … en su propio campo, ya que quizás tenía que creer en ello y empezar. más en eso. del oponente.

Kiko Olivas: Se sintió más envuelto y, gracias a eso, mejor, ayudado por la altura de las alas (que esta vez eran esas) y de los centrocampistas. Invadió el campo de Girona en una tímida ocasión, sin éxito.

Javi Sánchez: Otro que ha mejorado con respecto a las apuestas anteriores, al verse menos obligado a luchar en largas distancias. Sin embargo, descansaba con malestar, como luego reveló Pacheta.

Luis Pérez: Más menos. La profundidad del equipo en la primera parte estuvo de su lado, con varios galopes que no terminaron con éxito en el medio. Luego desapareció, aunque con Silver recuperó algo de fuerza.

Roque Mesa: El diseño lo reforzó a priori, con gente corriendo y gente jugando a su alrededor, aunque esto no está indicado en el tapiz. Sin embargo, estaba recogiendo su tono y, en el último intento de arresto, estaba presente.

Acuoso: Líquido y móvil, empezó como una de las cosas que necesitaba el centrocampista. Sin embargo, en sus conductos no rompió las líneas y generó beneficios. Aunque participa, no solo ha ganado las rayas.

Anuar: Las suyas iban a ser las piernas en el medio del campo, y las suyas estaban ayudando en el lado defensivo mientras Nacho trepaba y trataba de participar en el tráfico. No tuvo el éxito que le hubiera gustado y se cambió.

Escudo / Bandera Real Valladolid

Nacho: Ha aparecido en ataque con cuentagotas, aunque quizás con más peligro que Olaza en encuentros anteriores, pudiendo aparecer más lejos que el uruguayo, aunque con el mismo acierto en la decisión final, como en su intento en alguna ocasión.

Oscar Plano: Partió del enganche y taconeó hasta la banda, aunque sin que el movimiento sirviera realmente para regular nada, al menos con el balón. Le faltaba presencia y, cuando la tenía, tenía razón.

Weissmann: Más islotes que perejil. Tenía delante a dos centrales físicamente imponentes, con los que tenía que batir alto o bajo, pero al final solo lo hizo en el despliegue y la pelea, porque no metió más balones que el que intentó rematar con medias tijeras. .

Diogo Queiros: Sufrió mucho en el perfil izquierdo, el que menos le es natural. Fue por ese lado donde cometió el penalti, que sí que fue así, pero provocado por un contacto en el área que tendrá que evitar en el futuro.

Villa Toni: Más voluntarioso que acertado, seguramente en más de una ocasión, más por el lado pastoso de los demás que por lo que intentaba generar. Fue el resultado de una falta y buscó varios botes al costado.

El pago: El equipo se volvió hacia él cuando entró, buscando su desequilibrio y mareos. Dejó algunos detalles sobre lo que puede ser, aunque la discordia se notó incluso con sus compañeros, que no leyeron algunos de sus movimientos.

Sergio León: Prácticamente inédito. Seguramente la acción en la que más se le vio fue en un centro de Nacho en el punto de penalti que lo pilló cerca, para un pase directo, en el primer palo.

Cristo González: Cuando entró, el partido ya estaba en lo que quiero y no puedo, en este intento del Real Valladolid de salvar algo sin pedir una refutación. Lo buscó, pero apenas participó.

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