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Real Madrid: La Liga de Bellingham, Vinicius… y de Davide


Nueve de los últimos 12 puntos del Madrid en Liga no llevan la firma de Bellingham o Vinicius, sino de Davide Ancelotti, capitán general del ejército del aire que forman Rüdiger, Tchouaméni y compañía.

El segundo entrenador del equipo blanco está sacando petróleo de las jugadas a balón parado, con las que ha creado un libretto con el que está machacando a casi todos los equipos de LaLiga. Los nueve goles a balón parado (¡ocho desde el córner!) hablan del extraordinario trabajo del cuerpo técnico de Ancelotti, al que hay que darle también el mérito de haberse adaptado a los nuevos tiempos con un staff espectacular. La apuesta por su hijo, pese al que dirán, es justa destacarla. Hay un gran entrenador ahí.

El pase de Camavinga

Se fue Ceballos del campo, dieron un paso al frente Camavinga y Kroos y el fútbol del Madrid empezó a fluir. No es casualidad. El alemán y el francés dieron un acelerón al equipo y juntos fabricaron el gol del empate con un jugadón. Kroos protegió el balón, se lo dio a Camavinga y este se inventó un pase por encima de la defensa para dejar solo a Vinicius, que cambió la vaselina por un zurdazo para poner el 1-1.

La contra perfecta no fue del Madrid

El Madrid, acostumbrado a jugar a toda velocidad, sufrió la contra perfecta. La lideró Sandro, que hizo una pared con Kirian primero y que dejó atrás a Rüdiger después para servir el balón en bandeja a Javi Muñoz, que con la ayuda de Nacho puso el 1-0 en el marcador.

Paradón de Lunin

El debate de la portería empieza a quedar resuelto en beneficio de Lunin, más entonado que Kepa en las últimas semanas. El portero ucraniano fue el elegido por Ancelotti en Las Palmas y resultó decisivo. Firmó un tarde impecable y dejó una de las paradas de LaLiga, una estirada abajo a disparo de Munir. Difícil llegar y más aún quedarse con el balón. Partidazo del portero.

Un mal día en la oficina de Rodrygo y Brahim

Solo Vinicius, de los delanteros titulares, dio el nivel ante Las Palmas. Ni Rodrygo ni Brahim tuvieron su día, firmando ambos una de sus peores actuaciones de la temporada. El brasileño empezó fallando un mano a mano y dando una colleja a Vallés, que le sacó definitivamente del partido. Brahim no encontró su espacio en todo el partido y apenas entró en contacto con el balón, secuestrado casi siempre por las pisaditas de Ceballos.

El ojo de Ancelotti

El madridismo se llevó las manos a la cabeza cuando Ancelotti quitó a Camavinga en el 80′ para dar entrada a Tchouaméni. El entrenador italiano retiraba del campo al mejor del equipo, pero buscaba piernas frescas y altura para el tramo final del partido. La jugada, arriesgada, le salió a la perfección. Cuatro minutos después, el francés celebraba el gol de la victoria tras un espectacular remate a la salida de un córner sacado por Kroos. La intuición del entrenador, como dijo Simeone el pasado jueves tras quitar a Griezmann por Memphis con toda la eliminatoria por decidir.

Misterio Modric

Algo pasa cuando Modric pisa el Metropolitano. Como sucediera tras el partido de Liga, el croata vuelve a estar inédito tras jugar contra el Atlético. Son ya dos partidos seguidos sin jugar un solo minuto, lo que llama mucho la atención viendo el rendimiento del equipo, que gana pero que tampoco está mostrando un juego para lanzar cohetes tras la Supercopa. Ver a Luka en el banquillo sin calentar, duele.

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